Nos mintieron en la escuela. Nos dijeron que el aborto era siempre malo, asesinato, imperdonable. Luego nos dijeron que a las mujeres violadas siempre se les permitía abortar. Nos dijeron que el sexo era malo y la abstinencia era el único camino, que íbamos a encontrar felicidad en el matrimonio, que teníamos que casarnos para tener bebés. Pero no nos hablaron de las mujeres violadas y cuánto sufrían. No nos hablaron de los asesinatos en las calles. No nos dijeron que los maridos también golpean y violan y matan. No nos advirtieron de las zonas de construcción y las palabras de los hombres. No nos dijeron que había gente, dentro y fuera del hogar, que iba a intentar tocarnos cuando nosotras no queríamos. No nos dijeron que dolía ser mujer, que nadie nos iba a creer cuando denunciáramos, que nos iban a llamar locas si pedíamos justicia. Nos hablaron de las brujas y nunca nos dijeron que eran inocentes. No nos dijeron que nuestro amor y respeto propio vale más que su opinión. No nos dijeron que nos iban a matar, que había que luchar toda la vida.